Después de New York, Hong Kong, Vancouver, Washington y Moscú, llegó el turno de Roma y un grupo de 18 aventureros del sindicato aterrizaron esta semana pasada en la capital del vasto imperio Romano. Creo que una sola palabra puede resumir este viaje: ¡espectacular!
La policía romana nos trató más que como compañeros, como amigos, enseñándonos las entrañas de las instalaciones operativas de la policía de la capital y los rincones más escondidos de la ciudad. Todos los caminos conducen a Roma, pero si en esos caminos sientes a tu lado a la brava policía romana, te sientes mucho más seguro, decidido y empiezas a entender el significado de la palabra hospitalidad.
Gracias al padre Máximo, gladiador de las catacumbas de San Jacobo, a Tommaso, vigilaris de nuestro grupo durante toda la estancia en Roma y al jefe de la policía romana, Antonio, por su esfuerzo y dedicación con nosotros, los hispanos.
¡Volveremos! Grazie Roma
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