El Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento (Speis) del Ayuntamiento de Alicante ha decidido que los vehículos del cuerpo de Bomberos dejen de repostar dentro del parque situado en la calle Italia. La decisión se produce después de que el Sindicato Profesional de Policías Locales y Bomberos de la Comunidad Valenciana (SPPLB-CV) denunciase la existencia de una pequeña estación de servicio «ilegal» en el interior de estas instalaciones de trabajo.
El SPPLB-CV hizo público ayer que el Speis, por medio de una nota interna, ha resuelto prohibir el repostaje dentro del parque, por lo que estas maniobras deberán efectuarse a partir de ahora en una gasolinera. El SPPLB-CV se congratula de la medida, puesto que así se pone fin a «una actividad manual propia de los inicios del siglo XX, como era la carga manual de combustibles».
La organización sindical recuerda que los hechos denunciados por ella fueron corroborados por personal del departamento de Industria de la Generalitat, que llevó a cabo una inspección de la que, según exponen los denunciantes, se concluyó que estos trabajos no reunían las mínimas condiciones de seguridad. El SPPLB-CV insistió en abril de este año para que el Gobierno valenciano iniciara el correspondiente procedimiento sancionador.y también se diera cuenta de los hechos a la sección de Trabajo.
«La operación del suministro manual de combustible con garrafas de los camiones de extinción de incendios se estaba realizando sin la precaución de prevenir riesgos laborales, ya que el gasoil es un producto cancerígeno», subraya el sindicato. Además, recalca que también «deteriora la epidermis con el contacto directo con la piel, perjuicios que no ocurren en una estación de servicio en debidas condiciones de uso, dado que disponen de suficiente ventilación y que en el repostaje se utiliza un boquerel de llenado con carga automática».
El problema, según el escrito presentado en diciembre del pasado año ante las administraciones local y autonómica, surgía por la reserva permanente de 800 litros de gasóleo y 200 más de gasolina en seis bidones depositados en el interior del recinto. Ello suponía para los bomberos «un grave riesgo para la salud y seguridad de los trabajadores».
El sindicato relató que las condiciones de almacenamiento no se ajustaban al reglamento de productos químicos. Por ejemplo, los envases carecían de grifos herméticos, por lo que se derramaba combustible.
Recibe las últimas noticias en tu correo una vez al mes.