Desde SPPLB nos vemos en la obligación de seguir denunciando un verano más la pésimas condiciones laborales en las que seguimos trabajando los Bomberos Forestales de la Generalitat, pese a los acuerdos alcanzados, ya que parecen no materializarse nunca. Hemos de recordar además que, durante la campaña estival, se sigue manteniendo el actual sistema de cobertura nocturna, totalmente desfasado que exige a los profesionales mantenerse conectados a un teléfono móvil durante 14 horas, 15 días al mes. Ello supone añadir 210 horas mensuales de disponibilidad a las 160 de jornada presencial.
Estar disponible para el servicio implica que durante tu tiempo de descanso no puedes tener vida social, tomar una cerveza, ir al cine o trasladarte a más de 45 minutos de la base a ver a tus padres, por poner unos ejemplos. Además, los trabajadores tenemos que buscarnos la vida en caso de emergencia durante nuestro tiempo de guardia localizada para que alguien pueda atender a nuestras personas dependientes (hijos o personas mayores) que tendríamos que dejar solos y sin que exista una exención en estos casos.
Y todo ello por 0,59 € por hora de guardia localizada. Todo esto mientras nos encaminamos hacia un escenario de cambio donde las condiciones ambientales se están volviendo cada vez más extremas. Los fenómenos meteorológicos son más violentos derivado de un cambio climático con consecuencias a escala planetaria: aumento de los niveles del mar, cambios en los regímenes de las corrientes oceánicas, aumento de la intensidad y frecuencia de los huracanes, etc. En lo que concierne a nuestra geografía, con cientos de kilómetros de costa y en una latitud templada, estos cambios del clima están teniendo un gran efecto sobre nuestro entorno, y más concretamente sobre la Comunidad Valenciana con episodios de gota fría cada vez más violentos, pérdida de superficie de playa, aproximación del mar a zonas urbanizadas, disminución de las precipitaciones, aumento de las temperaturas y como consecuencia, bosques cada vez más estresados que deben sobrevivir en un entorno insostenible durante la época estival. Los bomberos forestales tenemos encomendada la intervención directa en incendio forestales, emergencias meteorológicas y catástrofes naturales. Especialmente durante el verano seguimos trabajando haciendo frente a los pequeños conatos diarios, pero con la amenaza constante de los megaincendios o incendios de 6ª generación que por desgracia están asolando al planeta con consecuencias devastadoras como en Grecia, con 91 fallecidos, California con 8 o Portugal, donde murieron el año pasado 66 personas atrapadas en un incendio, por citar las más recientes.
Esta evolución del clima se traduce en nuestra profesión en unas condiciones de trabajo cada vez más duras, desarrolladas en entornos más hostiles y peligrosos, con un mayor número de intervenciones anuales. Sin embargo, seguimos con las mismas condiciones de precariedad de años atrás. Pese a los acuerdos alcanzados para la mejora salarial, la realidad es que a fecha de hoy los profesionales del Servicio de Bomberos Forestales de la Generalitat ni siquiera hemos cobrado los irrisorios atrasos del 1% del ejercicio 2017 y las prometidas mejoras laborales que siguen sin llegar, debido según nos dicen, a la lentitud de los trámites burocráticos.
Hace ya 5 meses que se firmó dicho acuerdo y eso está generando una incertidumbre entre los trabajadores que se traduce en una profunda desafección, por lo que muchos de los profesionales están dejando de acudir a las localizaciones e incluso optan por apagar el teléfono durante su tiempo de descanso para dar prioridad a los suyos o simplemente en señal de protesta, ya que las últimas sentencias reconocen que no se puede sancionar disciplinariamente a un trabajador por no acudir a una localización activada durante su tiempo libre. De prolongarse esta situación, esta desafección podría ser generalizada.
Desde este sindicato hacemos un llamamiento a las administraciones para que agilicen las gestiones que permiten hacer efectivas las mejoras laborales, ya que, hasta que se diseñe un sistema mejor, el actual depende principalmente de la voluntad y disponibilidad del profesional que en las actuales circunstancias de cambio climático, no es infinita. Mientras el peso de las localizaciones recaiga sobre los bomberos forestales, es necesario activar todos los sistemas de incentivo y los recursos necesarios que permitan atender correctamente las emergencias. Porque hasta ahora, todo el esfuerzo adaptativo al nuevo escenario climático está recayendo sobre los hombros de trabajadores que siguen sumidos en una profunda precariedad