toni álvarez casanova gandia La Policía Local de Gandia no se siente segura a la hora de llevar a cabo su labor. Así lo expresaron ayer los dos sindicatos que representan a la mayor parte del personal del cuerpo, el SPPLB y UGT. A través de un comunicado, denunciaron que las patrullas «carecen de medios de protección y seguridad para desempeñar la función policial con un mínimo de garantía».
En concreto, realizan sus intervenciones sin chalecos de protección interiores, es decir, aquellos que se situan bajo el uniforme. Además, gran parte del cuerpo aún utiliza revólver, una arma que, dicen, no es lo suficientemente segura ni para su integridad ni para la de los ciudadanos y que, además, está obsoleta, en tanto que las que dispone el Ayuntamiento cuentan con entre 25 y 30 años.
Oliver Fernández, representante del Sindicato de Policías Locales y Bomberos (SPPLB), explicó, respecto a los chalecos, que no todos los agentes disponen de ellos. Los que sí los tienen, apuntó, fueron adquiridos hace más de diez años de forma particular por cada policía, eso sí, con una ayuda por parte del entonces Gobierno local que presidía el socialista José Manuel Orengo (el precio ronda los 600 euros). Actualmente están a punto de caducar. «El chaleco interior de protección puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte del policía en caso de ser agredido con un arma blanca o recibir algún impacto de bala», dicen los sindicatos, que vienen reivindicando estos elementos desde el año
Fernández aclara que es cierto que hay algunos chalecos en el armero del retén, sin embargo, estos «son muy pesados e incómodos» y, además, «tienen más de 25 años, por lo que también están ya caducados».
Respecto a otros elementos reglamentarios, Fernández explicó que aún hay 52 policías que usan revólver, una arma que, dicen, es mucho menos segura que las pistolas semiautomáticas. Explicó que las fundas solo disponen de un pequeño botón que se puede abrir fácilmente, pudiendo quedar a expensas de un delincuente al que los agentes se enfrenten e incluso caerse al suelo durante una posible refriega o persecución. Además, prosigue, «no tienen ningún sistema de seguridad previo al disparo», por lo que es muy fácil accionarlas. Sin embargo, las pistolas semiautomáticas van acompañadas de una funda con un mecanismo que hace complicado su robo. A esto se le suma el bloqueo predisparo y el hecho de que se tenga que cargar antes de utilizarla.
Tanto los chalecos antibalas como estas pistolas tienen un precio que oscila entre los 400 y los 600 euros. «Entendemos que la situación económica es mala por eso proponemos que el ayuntamiento adquiera entre diez unidades de cada elemento al año. Supondría una inversión de 12.000 euros, que para el presupuesto de Gandia es poco», apuntaba Fernández.
La concejala de Seguridad Ciudadana, Àngels Pérez, aseguró, frente a esta denuncia, que la actual normativa de uniformidad no obliga a la utilización de chalecos. Si bien, remarcó los agentes disponen de chalecos y guantes anticortes de los que pueden hacer uso «de forma opcional». Respecto a los revólveres, Pérez explicó que «se están retirando» y que están siendo sustituidos por pistolas.
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