www.eldebate.com 7/3/23
Uno de los grandes problemas con los que tienen que convivir los vecinos de Valencia en su día a día es la inseguridad ciudadana. Lo es en términos absolutos, por la cantidad de delitos que se cometen en la ciudad, pero también por el incremento que estos han experimentado.
En 2022, con la progresiva eliminación de las restricciones por la pandemia y la recuperación de la vida social, la capital levantina ostentó el poco presumible honor de ser la capital de España donde más creció la delincuencia. Actualmente, a Valencia solo le supera la Barcelona de Ada Colau, donde este tipo de actos ha inundado la ciudad condal.
En este contexto, las Fallas ya se están celebrando –son hasta el 19 de marzo– y las condiciones en las que trabaja la Policía Local de Valencia son, cuanto menos, para ponerlas de relieve.
Según ha podido saber El Debate de fuentes del Sindicato Profesional de Policías Locales y Bomberos (SPPLB), el Cuerpo está llevando a cabo su labor bajo «carencias muy importantes» fruto de «errores en la gestión que afectan gravemente al desempeño diario de las funciones policiales».
El ejemplo más claro de ello es la «escasez de boletines de denuncia». La situación es tan extrema que la organización asegura que se han dado casos en los que estos cuadernos «se tienen que racionar», habiendo ocasiones en las que los agentes han tenido que «dejar de denunciar infracciones por falta de los mismos».
Este escenario, sin embargo, no es nuevo. Tal como explica el sindicato, «se viene arrastrando desde mayo de 2022», es decir, casi un año. A pesar de que el SPPLB exigió en su momento una «solución inmediata» al problema, el panorama hoy día es que la Policía Local de Valencia está «igual o peor» con la correspondiente inacción de la Concejalía del Área de Seguridad Ciudadana.
Igualmente, esta carencia de un material tan básico no se da únicamente en lo referente a las denuncias al uso, sino también en las referidas a las sanciones por practicar la venta ambulante, donde los boletines de denuncia son específicos y en el Cuerpo ya comienzan a «tener problemas» por su escasez.
Tal como explica el sindicato, esta clase de circunstancias repercuten «negativamente en el trabajo diario de los agentes» y pone el acento en las Fallas: «La gran cantidad de eventos y restricciones de estacionamiento en la ciudad por los actos falleros hace de este material una herramienta fundamental para respaldar la legalidad de las actuaciones policiales en este ámbito», insisten en la organización.
Pero las quejas policiales por la precariedad de los medios materiales con los que trabajan no se quedan ahí. Además de las hojas de denuncias, la División de Seguridad Vial de la Policía Local de Valencia no cuenta con «el número suficiente de motocicletas para todos los agentes ahí destinados» a pesar de que, paradójicamente, está «compuesta en su totalidad por motoristas».
Este anómalo hecho el SPPLB lo califica de «incomprensible» porque dicha Unidad es «una de las más devaluadas» de todo el Cuerpo y no ha tenido «incorporaciones que incrementen el número de efectivos».
Por si todo lo anterior no resultara esperpéntico, el sindicato indica que mientras no hay motos para los servicios diarios, «en los garajes de la Policía Local hay nueve motocicletas desde el mes de diciembre estacionadas a falta de rotulación a las que no se puede dar uso». Es decir, mientras siguen acumulando polvo, hay agentes motoristas que están «teniendo que salir a patrullar en coche».
Por todo ello, la organización sindical no comprende cómo el Ayuntamiento permite que suceda todo ello cuando la Unidad que se debería encargar en exclusiva de «la vigilancia, el control y la regulación» del tráfico en la ciudad es una de las que tienen «menos personal» y ni siquiera cuenta con «los vehículos adecuados en número suficiente» para realizar sus funciones «con normalidad».
Preguntado por esta situación, el coordinador del SPPLB en el Ayuntamiento de Valencia, Vicente Gil Luesma, asegura que «parece mentira» que casi un año después el Consistorio «no haya solucionado los problemas con la entrega de los boletines de denuncia a los policías». En este sentido, el responsable sindical subraya que se debe revertir porque se trata de «material necesario», por lo que considera «alarmante» que este tipo de hechos «se produzcan».
Respecto a la escasez de motos, Gil Lluesma la achaca a una «mala previsión con el número de vehículos». Si bien están «prácticamente las justas para el servicio diario», se han venido produciendo «averías y accidentes que han inhabilitado algunas motocicletas». Por tanto, «no hay el suficiente número para poder patrullar todos», afirma. Así pues, el coordinador del SPPLB en el Ayuntamiento Valencia incide en que el «problema» se debe a una «falta de previsión» por no tener «un remanente para poder sustituir averías y accidentes».
Recibe las últimas noticias en tu correo una vez al mes.