La prevención es una de las mejores armas para dificultar el trabajo de los amigos de lo ajeno. Por ello, la Policía Nacional ha activado el denominado Plan Turismo Seguro. En el marco de este plan, un grupo de agentes de la Policía Nacional han llevado a cabo labores de información y asesoramiento en el Puerto de Valencia, entregando trípticos a los turistas que visitan la capital del Turia, según informaron ayer fuentes de este cuerpo.
Dentro del citado Plan Turismo Seguro, que engloba «un conjunto de actuaciones que permiten impulsar medidas para perfeccionar la coordinación y mejorar la seguridad del sector turístico español», los agentes de la Policía Nacional han comenzado a informar a los turistas que llegan a Valencia, en este caso por vía marítima, a través del puerto, según añadieron las mismas fuentes.
En términos generales, este plan consiste, entre otros aspectos, «en luchar contra la delincuencia en las zonas turísticas e informar de las medidas de seguridad que debe adoptar el turista para evitar ser víctima, así como de la existencia del denominado Servicio de Atención al Turista Extranjero (SATE)», explicaron desde la Policía Nacional.
Este servicio exclusivo para turistas pretende, por una parte, atender a las víctimas de delitos o faltas en su propio idioma, siendo asesoradas por los agentes en las gestiones procedimentales y documentales que necesiten. Por otra, con el SATE se pretende asistir al turista en la tramitación de la denuncia siendo informado de sus derechos como víctima.
No es casual que los policías acudan al puerto a informar a este tipo de turistas. La llegada de cruceros a la ciudad no deja de crecer desde hace años. Además, suelen realizar un recorrido por el centro histórico, lugar que aprovechan muchos carteristas para actuar. También allí, durante determinadas fechas, la Policía Nacional mantiene una vigilancia especial con agentes de paisano.
Los expertos siempre han coincidido en que la seguridad, en especial durante la época de verano, es una de las claves para fidelizar a los turistas. Una persona que se siente insegura o que ha vivido una experiencia desagradable no regresa a ese lugar de vacaciones.
El puerto de Valencia, por otro lado, arrastra unas semanas de polémica acerca de las condiciones de seguridad que ofrece la infraestructura. Primero, fue el Ministerio de Interior quien devolvió la propuesta de seguridad de la Autoridad Portuaria de Valencia y le ordenó que debía controlar a todas las personas que accedieran a las instalaciones, aproximadamente unas 4.000 diarias. Esta cifra se hace prácticamente inviable con el número de policías portuarios destinados en Valencia.
Unos días más tarde, la sección del puerto del Sindicato de Policías y Bomberos (SPPLB) criticaba que los compañeros trabajan «con medios de los años ochenta». A esto le sumaron la «escasa formación» y la «precariedad».
El responsable sindical Manuel Sánchez explicó recientemente en estas mismas páginas que haría falta «el triple de policías portuarios en Valencia, unos 300, para controlar como es debido los accesos y la llegada de cruceros».
La situación de los agentes encargados de la seguridad en el recinto «clama al cielo», subrayó el representante sindical. Su labor es solo compartida dentro del puerto con la Guardia Civil (estos agentes se encargan del control de fronteras, como en los aeropuertos) y tienen que hacer su trabajo con «un sinfín de limitaciones en medios».