LORENA PADILLA levante-emv.com 05 de septiembre de 2010
La popular fiesta de disfraces de Rafelbunyol, celebrada durante la noche del pasado viernes, terminó en la mañana del sábado "sin incidentes reseñables ni de consideración", según explicó a este periódico el inspector jefe de la Policía Local, Alfredo Pacheco.
Frente al "caos" y el vandalismo que se vivió en años anteriores -el año pasado hubo un apuñalamiento- en esta ocasión, los 40.000 asistentes han disfrutado de la fiesta "con tranquilidad", dado el "éxito" del dispositivo de seguridad que se desplegó en exclusiva para el festejo
Así, 60 agentes de la Policía Local, 20 vigilantes de seguridad privada, varios dispositivos de Guardia Civil y Policía Autonómica, junto con otros 13 vigilantes que actuaron en las inmediaciones del metro, trabajaron conjuntamente en el operativo que empezó a las siete de la tarde del viernes y que no se levantó hasta las diez de la mañana de ayer. El control del orden público por parte de las autoridades, señaló Pacheco, empezaba en la periferia del municipio, así como en las carreteras de acceso. Los agentes llenaron cerca de 30 contenedores con vidrio, ya que impidieron que los participantes pasaran con botellas de cristal a la zona habilitada para le festejo con el fin de evitar cortes en los pies, indicó el inspector.
Y es que durante la noche del viernes, los 8.000 habitantes del municipio se multiplicaron hasta el punto de quintuplicar la población de Rafelbunyol. Aunque la pauta de seguridad, donde también colaboró Metro Valencia, "funcionó cien por cien", se registraron cerca de cien asistencias sanitarias por comas etílicos, dos detenciones por agresiones y otras dos por robos. Además, la autoridad retiró siete pistolas de fogueo, según enumeró el inspector.
En cualquier caso, Pacheco hizo hincapié en la "estupenda coordinación" entre todos las fuerzas de seguridad y mencionó el esfuerzo de todos los agentes para controlar que la noche de fiesta no se cerrara con conflictos.
Hervidero de luz y color
Inevitablemente, el centro de Rafelbunyol se convirtió en un auténtico hervidero de luz y color en el que la música y la inventiva a la hora de elegir disfraz fueron los protagonistas. Superhéroes, princesas, animales exóticos y vaqueros, entre un sin fin de personajes, se pasearon a sus anchas por este festival de imaginación.
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