La estación del AVE de Valencia ha dado mucha vida al barrio y a los comerciantes del entorno de la calle San Vicente, así como mucho tránsito de vehículos, pero además se ha convertido en un punto neurálgico para las multas de la Policía Local y la grúa municipal.

Tanto vecinos como comerciantes reconocen el acoso prácticamente a diario de los agentes en los viales recayentes a la fachada principal de la estación Joaquín Sorolla, donde se pueden ver de continuo pegatinas de retirada de los vehículos estacionados en calzadas con línea amarilla de prohibido estacionar.

Uno de los comerciantes de la zona, que prefiere no dar su nombre, detalla «que la policía y los de la grúa se saben los horarios de la llegada de trenes a la perfección y vienen a cargar cuando saben que hay más concentración de coches».

Como comerciante, también indica que hace más de un año que pidió una zona de carga y descarga «y me dijeron que tenía que pagar. Nos pidieron 400 euros por poner cuatro líneas amarillas. De esto hace más de un año y todavía no me lo han pintado. Sin embargo, aparqué delante de mi negocio para descargar y no dudaron en multarme, a pesar de que tengo la petición hecha y a la espera de que lo hagan efectivo», lamenta el afectado.

Un taxista detalla que la policía y la grúa «esperan a que se llene la calle para poner multas».

En la asociación de vecinos Abastos-Finca Roja también reconocen que la grúa acude siempre a la zona «coincidiendo con la llegada de los trenes AVE y se llevan los coches que están mal aparcados», indica Vicente Micó. Este representante vecinal detalla que en la zona hay «un solar grande en Maestro Sosa. Nosotros lo que pedimos es que se adecente y se permita utilizar como aparcamiento mientras no se haga ningún proyecto». Micó añade que calles como Roig de Corella, Maestro Sosa, Albacete o San Vicente siempre están llenas de gorrillas.

Un taxista, Carlos L., que acude todos los días en busca de clientes a la estación del AVE, también reconoce que la presencia de la grúa es constante. Y detalla que, según ha observado, «en muchos casos la grúa no opta por coger los coches que están mal aparcados y llevárselos al depósito de la grúa, sino que inician el enganche, ponen los imanes y la matrícula en la parte superior del coche y, cuando regresa el conductor que ha entrado a la estación en busca de algún pasajero, le desenganchan el coche previo pago de la tasa municipal por el desenganche».

Este taxista, además, indica que un día comprobó «cómo una grúa estuvo unos 25 minutos con un coche enganchado esperando que volviera el propietario del vehículo, y cuando salió le devolvieron el coche tras hacer efectivo el correspondiente pago».

Un conductor ´enganchado´

Otro compañero del gremio del taxi, Javier J., también ha observado las mismas actuaciones. «He visto hasta un conductor de grúa rellenando pasatiempos mientras esperaba que saliera el dueño del vehículo que llevaba enganchado. Hay días que no viene ninguna grúa y otros en que en una hora, en el momento que llegan los trenes, desenganchan cinco o seis coches».

Algunos de los taxistas habituales en este punto opinan que «si se llevan un coche al depósito, mientras van y vuelven pasa casi una hora, y si hacen los enganches, son varios conductores los que pagan el desenganche». Javier J., comenta que un día «se llevaron un coche al depósito que debería ser oficial y la grúa se encargó hasta de devolvérselo al propietario a la estación del AVE a los quince minutos. No tuvo que ir ni a recogerlo en taxi».

Desde el Sindicato Profesional de Policías Locales y Bomberos (SPPLB) detallan que ya han comunicado «en varias ocasiones que hay mandos que usan un sistema de trabajo no acorde a lo que somos, servidores públicos. No puede primar el criterio productivo y nuestra labor no es facilitar el trabajo al servicio privado de la grúa».

Por su parte, desde el ayuntamiento desmienten todas estas acusaciones. «Son acusaciones sin sentido. Cuando hay una infracción se multa y se lleva el coche al depósito de la grúa. No hay orquestada ninguna campaña recaudatoria. Si la gente aparca donde corresponde, no hay ningún problema, pero si dejan el coche donde no toca, hay que hacer cumplir la ley. No se pueden hacer acusaciones gratuitas de este tipo, sino que se denuncie la irregularidad detectada».