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PRENSA

Bomberos Valencia: "Nuestros jefes ponen en peligro a los ciudadanos"

12 diciembre 2024 91 visitas

Los bomberos de València se movilizan por la dana: "Nuestros jefes ponen en peligro a los ciudadanos”

Un centenar de efectivos del cuerpo municipal de bomberos protesta frente al Parque Central de la avenida de La Plata para exigir el cese de sus mandos al considerar que no estuvieron a la altura en los servicios del Saler, Campanar o la dana.

www.levante-emv.com

Un centenar de Bomberos de València se han manifestado a las puertas del Parque Central de la Avenida de La Plata para seguir añadiendo presión sobre sus mandos. El sindicato SPPLB, con dos terceras partes de la plantilla en sus filas, ya había pedido reiteradamente la destitución de la Jefatura al considerar que no está respondiendo de manera adecuada a los grandes servicios que por desgracia lleva tiempo sufriendo la ciudad de València, caso de los incendios del Saler, el incendio de Campanar o la devastadora dana del pasado 29 de octubre. Con la protesta de hoy –ampliamente respaldada según su propia estimación– los bomberos esperan forzar el cambio de rumbo en la gestión del servicio. 

Faustino Yanguas, delegado de bomberos en el sindicato SPPLB, ha explicado que los bomberos llevan mucho tiempo observando que la gestión de los servicios importantes no es la adecuada, y ha añadido: “Nuestra seguridad y la seguridad de los ciudadanos se pone en peligro por las decisiones de nuestros mandos. Necesitamos medios, personal y el entendimiento de que este servicio debe tratarse de otra manera”, ha resumido. 

En lo más reciente, la gestión de la riada, Yanes ha explicado que un total de 43 bomberos acudieron de manera voluntaria ante la falta de iniciativa de sus jefes, señalando además que la movilización no es tanto una queja sindical como la protesta de todo el colectivo, cansados del trato recibido: “No se nos ha tenido respeto y nos han amenazado y castigado durante la gestión de la dana. Se han hecho presiones para que no venga gente a la protesta y además tenemos un turno de guardia, por lo tanto es una convocatoria elevada para el número de bomberos que tenemos en Valencia –unos 440– y representativo de que la gran mayoría del colectivo quiere que cambie la gestión”, ha insistido el delegado sindical. 

Uno de los bomberos manifestantes se llama Darío Ayllón y el día 29 acudió a la zona cero de manera voluntaria. Cuenta que estaba en casa en Catarroja cuando sobre las 19 horas empezó a ver cómo subía el agua. Una hora después, sus padres le dijeron desde La Torre que estaba entrando agua en su casa. Darío les dijo que se subieran a una primera planta y se fue al Parque Central, desde donde partió a las zonas más afectadas. Fue, junto con otro compañero, el primer buceador en llegar a las pedanías del sur. Y como muchos bomberos municipales está molesto por la gestión de las últimas catástrofes. 

"Los mandos se han aislado"

“En ningún momento solicitaron buceadores ni apenas movilizaron a gente. Al final pidieron 12 voluntarios, pero en los grupos ya había mucha más gente dispuesta a salir a las zonas afectadas. La protesta no es una cuestión personal, yo tengo aprecio por quienes están a los mandos y no quiero que se vayan del cuerpo, pero las cosas no se han hecho bien”, opina el bombero buceador. “Otro de los problemas es que apenas hay contacto entre la Jefatura y los bomberos rasos. Todas las críticas se las toman de manera personal y se han rodeado de unos cuantos que tampoco les censuran”, agrega. 

Una sensación parecida tiene un compañero que el 29 de octubre sí estaba en el turno y sobre las 19 horas fue enviado a la zona afectada. El bombero, que no da su nombre porque quiere abordar el conflicto desde un punto de vista “constructivo” –es decir, dialogado con los mandos–, cuenta que el malestar en los parques de bomberos de València no solo tiene que ver con la “deficiente gestión” de Campanar o la dana. “Nuestros jefes se han aislado del resto de compañeros. Primero pusieron paredes y se metieron arriba en una planta superior. Ahora directamente se han construido su propio edificio en el centro y no los ves en todo el día. No son capaces de bajar al barro, preguntar y escucharnos. Y por ahí empiezan todos los problemas”, resume.